Hoy en día, Internet nos ofrece la posibilidad de comprar casi de todo. Y buena prueba de ello es la oferta de radiadores de hierro fundido de Amazon, de la que destacaríamos estos tres modelos: el radiador de hierro fundido NRG , el modelo más vendido y mejor valorado en Amazon; el el radiador de estilo hierro fundido Milano Hudson , un modelo que recrea la estética de los radiadores antiguos pero que en realidad está hecho en acero, y radiador de hierro fundido Reina , un modelo horizontal de altísimo rendimiento con un tamaño extra grande, ideal para calentar grandes estancias.

Si estás interesado en comprar radiadores de hierro fundido, ya sabes que tienes dos opciones: o comprarlos nuevos, porque a pesar de no ser los modelos más habituales de radiadores, éstos siguen teniendo su público y son varias las empresas que siguen fabricándolos y suministrándolos a particulares; o bien comprar radiadores de hierro antiguos, ponerlos a punto y restaurarlos para darles una segunda vida. Hay que tener en cuenta que este tipo de radiadores son prácticamente irrompibles, y que pueden aguantar en funcionamiento muchas generaciones, así es que la segunda opción tiene tanta lógica como la primera.

Si nos decantamos por comprar un radiador de hierro fundido nuevo, eso sí, tenemos que considerar la posibilidad de elegir el material (porque estemos convencidos de las propiedades del hierro como medio de transmisión del calor en un hogar, y de esto precisamente vamos a hablar ahora), o de la estética. Si es por estética, como acabamos de ver con los modelos de radiadores Milano, tenemos que saber que existen muchos radiadores de acero que imitan la estética de los radiadores de hierro antiguos a pesar de estar fabricados con otras técnicas y materiales, y que pasan perfectamente por aquéllos, siendo incluso más resistentes al paso del tiempo (sobre todo, por no ser tan vulnerables a la corrosión).

¿Radiadores de hierro fundido o de aluminio? ¿Qué elegir?

Los radiadores son el elemento principal de conducción de calor de cualquier sistema de calefacción estática conectados a la caldera de la casa, y entre los diferentes tipos que existen en el mercado, los más empleados hoy en día son sin duda los de aluminio, que vinieron a sustituir en su día a los de hierro.

Hay que decir que los radiadores de hierro fundido son una tecnología bastante antigua, que data de finales del siglo XVIII, cuando empezaron a proliferar los primeros sistemas de calefacción por agua a raíz de la revolución industrial y los cambios en la vida doméstica en aras de buscar un mayor confort.

Si estás aquí, seguramente te hayas enamorado del estilo de los radiadores de agua antiguos de hierro, y ya sepas de sus pros y sus contras, así como del resultado de un hipotético enfrentamiento o comparativa entre radiadores de hierro y de aluminio. Pero, por si acaso, vamos a dar unos datos relevantes y básicos sobre este tema.

Lo primero que hay que tener en cuenta, y que seguramente ya sabrás, es que los radiadores de hierro son los más eficientes energéticamente, puesto que tardan muy poco en alcanzar su temperatura máxima, llegando a topes superiores que un radiador de aluminio estando lleno con agua a la misma temperatura, y sobre todo, porque aguantan calientes muchísimo más tiempo que cualquier otro tipo de radiador, una vez apagados.

Por contra, también hay que decir que los radiadores de hierro son muy pesados, lo cual dificulta su montaje y manipulación en caso de avería, y además, son también más caros.

Por su parte, las ventajas de los radiadores de aluminio son también bien conocidas, y si son los radiadores más vendidos en la actualidad, es por algo:

  • Lo primero, es que tienen un rápido calentamiento.
  • Su ligereza facilita su montaje y manipulación en caso de averías, pérdidas de agua, etc. Además, no requieren de sistemas de colgado especiales, ni de patas, y se pueden colgar perfectamente en paredes de pladur.
  • También hay que destacar su durabilidad, su resistencia al paso del tiempo, de la misma forma que sucede con los radiadores de hierro.

Por eso, si tenemos que elegir entre un tipo y otro, el precio y el montaje, sin duda, serían las razones para decantarse por los segundos, mientras que la eficiencia y la estética serían las principales razones para comprar radiadores de hierro fundido para nuestro sistema de calefacción.

No obstante, de forma general, hay una serie de factores que debes tener en cuenta también para elegir tu tipo de calefacción, y por lo tanto, el tipo de radiadores que instalas:

  • El tamaño de cada estancia.
  • La calidad del aislamiento.
  • La orientación de la vivienda.
  • El clima en la zona geográfica en la que se ubica el piso o la casa en la que queramos instalar el sistema de calefacción con radiadores de hierro fundido.

Radiadores de hiero fundido antiguos (de estilo) pero modernos (de fabricación)

Como decíamos antes, existe la posibilidad de comprar radiadores de hierro fundido antiguos o radiadores de hierro modernos con un estilo retro, vintage, clásico, o como queramos llamarlo. Por lo general, todos los radiadores de hierro fundido de fabricación modernos se atienen a las líneas estéticas de los modelos de antes, incluso existen radiadores de acero modernos inspirados en el diseño de los radiadores de hierro antiguos.

Patas para radiadores de hierro fundido

Una de las «desventajas» de los radiadores de hierro estriba en su gran peso, lo cual nos obliga en ocasiones a emplear patas de apoyo directo sobre el suelo, en vez de sistemas de colgado que podrían llegar incluso a comprometer el estado de la pared. De hecho, colgar radiadores de hierro fundido en paredes de pladur (sobre todo, modelos de tamaño medio o grande) no es ni mucho menos lo más recomendable.

Sobre todo si vamos a comprar radiadores de hierro de segunda mano, pero también si los hemos comprado nuevos y no hemos caído en comprar las patas, vamos a necesitar hacernos con un juego de patas compatibles con nuestro modelo de radiadores.

Cómo limpiar radiadores de hierro fundido por dentro

La acumulación de lodo y partículas metálicas en el interior de los radiadores de hierro fundido, es algo normal que tiene lugar como consecuencia del uso de cada unidad, y del paso del tiempo. El óxido va corroyendo los interiores de forma natural, provocando que los radiadores vayan teniendo cada vez más residuos y perdiendo capacidad calórica de forma paralela, con el paso de los años (no estamos hablando de dos o tres años, sino de muchos años de uso).

Por eso, si vamos a comprar radiadores de hierro fundido de segunda mano, o si pretendemos poner a punto el juego de viejos radiadores de hierro de nuestra casa, lo más recomendable es someterlos a una limpieza del interior para devolverlos a su máximo esplendor.

Para limpiar unos radiadores de hierro, podemos acudir a especialistas profesionales, o podemos hacerlo nosotros mismos en caso de que contemos con un patio o un lugar en el exterior con un desagüe o alcantarilla que nos permita aliviar el agua sin problema.

Una vez quitados los radiadores, el sistema consiste en inyectar agua a presión en los radiadores de hierro con una manguera por una de las bocas, dejando que que ésta salga por la otra apertura. Al principio, el agua saldrá de un color negruzco, y al cabo de un rato empezará a salir más clara. Cuando el agua salga limpia y sin restos sólidos perceptibles a simple vista, podemos dar la limpieza por concluida.

Cómo pintar radiadores de hierro fundido antiguos

En caso de que optemos por adquirir radiadores de hierro fundido usados, una forma de darles un lavado de cara después de haberlos limpiado por dentro con el fin de optimizar su funcionamiento, es darles un baño de pintura.

Para limpiar unos radiadores de hierro fundido antiguos, lo primero que haremos será limpiar los radiadores y secar con un paño limpio, insistiendo en las zonas más recónditas, las más complicadas de alcanzar. En segundo lugar, y siempre manteniendo el sistema de calefacción apagado, vamos a cubrir con cinta las partes que no se van a pintar, y la pared con un cartón.

Por último, vamos a pintar usando una pintura especial para metal, resistente a altas temperaturas, teniendo en cuenta que no podremos encender la calefacción hasta pasados unos tres días. Para las zonas internas más difíciles de alcanzar de los radiadores, usaremos una paletina especial.

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